martes, 18 de noviembre de 2014

Y otra vez vuelvo a soñar contigo.

Y otra vez vuelvo a soñar contigo. Y las que me quedan. Desgraciadamente, o por suerte. Y otra vez vuelvo a soñar contigo. Y no con tus besos y tus caricias, sino con tus ganas. Tus ganas de estar conmigo. Esas que se perdieron en el vacío, y no se por qué. Y otra vez vuelvo a soñar contigo. Desde hace mucho que no lo hacía. La nostalgia me reconcomió el corazón. Ese corazón que murió después de ti. Y otra vez vuelvo a soñar contigo. Y era un sueño extraño. Sí, como todos los que tengo. Y otra vez vuelvo a soñar contigo.  Y era un sueño diferente. Por lo menos ahora que ya no estoy contigo. Y otra vez vuelvo a soñar contigo. Y no se por qué. Quizás quiera recordarte a través de mis sueños. O quizás no. Y otra vez vuelvo a soñar contigo. Y otra vez me acuerdo de ti. Una y otra vez. Sin más. Quizás quiera  tenerte en mi cabeza  de nuevo. En mis sueños. Y otra vez vuelvo a soñar contigo. Y otra vez vuelvo a pensarte. A pensar todo lo vivido, todo lo sufrido, y todo lo que te quise. Y otra vez volví a sentir la esperanza de que hicieras algo por mi. Aunque solo fuera un sueño. Y otra vez vuelvo a soñar contigo. Y me repetiré las veces que sean necesarias. Que si,que soñé contigo. Y otra vez vuelvo a soñar contigo. Y seguiré soñando las veces que hagan falta. Mi mente no te controla.  Y otra vez vuelvo a soñar contigo. Y por suerte o por desgracia, me gustó. Y una vez más volví a soñar contigo. Y una vez más, era sólo un sueño.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Mi propia felicidad.

Decidme la verdad, ¿no os ha pasado nunca que os ha hecho falta que alguien os recordara lo mucho que valeis para que te dieras cuenta de lo que eres realmente?. Porque a mi sí que me ha pasado, y no me lo han recordado queriendo. Es más, sino me hubiera hundido en pena. No me valoro como es debido.
Quizás por el simple hecho de haber dado tanto por alguien, sin recibir  y sin esperar nada, que llegué a un momento en el que ni me reconocía. No sabía quién era, ni en quién me había convertido. No sabía todo lo que era capaz de hacer y de privarme por alguien. Superé todos los límites que yo creía poder alcanzar. Y la cosa es que me daba igual. No me importaba estar así, sufriendo y dándolo todo, para nada. Que gran equivocación, dar toda tu felicidad a alguien que no te la daba a tí.

Y sí, llegué al punto de ser un alma en pena, sin rumbos, sin ganas. Esa persona no era yo, me había rasgado el alma, y aún así seguía dándole todo lo que podía de mí. No sé como pude. Que pena de mí, o de la persona que no supo valorarme.

Me sentía tan mal conmigo misma, que gente cercana me tuvo que recordar quien era, y lo que valía como persona. Tenía que aprender a quererme a mí misma y a pensar que ese no era el camino correcto. Mi felicidad no tenia que depender de nadie, y menos de alguien así. Que por mucho que me doliera, tenía que salir de ahí ya. Sí, me dolía a pesar de todo, me dolía haber hecho todo lo que hice y que no hicieran lo mínimo por mí. 

Me merecía a alguien mejor, que me respetara, me apoyara y aportara positividad en mi vida. 
Y al fin, después de tanto y tanto pensar, me di cuenta gracias a quien me lo recordó, que lo estaba haciendo mal, muy mal, que había aceptado lo que era y había caído rendida a sus pies, de mala manera, pero lo había hecho y eso tenía que acabar. Me dí cuenta de quién fui realmente y de quién era. Y esa, no era la que yo quería ser. En parte. 

Miré por mí, aunque fuera un poquito más de lo que solía hacer, y saqué como pude fuerzas para sacar a esa persona de mi vida, por lo menos, del sitio de dónde estaba. Tenía que superar y aceptar que fuimos lo que fuimos, pero que no lo seríamos más.

Aún estoy en intento de superación, pero al menos estoy en busca de mi propia felicidad.

lunes, 18 de agosto de 2014

Ojos que no ven...

"Ojos que no ven, corazón que no siente", o eso suelen decir. En mi caso, sería al revés: el corazón ha sentido tanto que los ojos no fueron capaces de ver todo lo que pasaba por delante. Y sucedieron muchas cosas, pero el corazón volvió loco a mi cerebro y manipuló mis cinco sentidos.
En  este sentimiento solo participaba mi corazón y él. Todo lo demás daba igual. Y pasó factura claro está. Mis ojos tenían una venda muy grande, y a medida que el corazón se iba debilitando y se iba haciendo daño poquito a poco, mis ojos se iban abriendo aún más. Tanto fue el sentimiento del corazón, que acabó por romperse a pedazos. Pedazos pequeñitos de los que son difíciles de arreglar. Terminó dañado, y desolado en lágrimas que ni los ojos podían soportar. Los sentidos empezaron a activarse de tal daño, que hicieron que las lágrimas se debilitaran poco a poco y que los ojos se abrieran definitivamente para ver y analizar todo lo que había pasado. Y así fue. El corazón dejó de sentir, se congeló y murió. Los ojos están abiertos, muy abiertos, cicatrizados de tal tristeza, y se han vuelto tan precavidos que me sorprendo hasta yo.

Dos desconocidos.~

Y cada vez que salgo a la calle me dedico a buscarte. A buscarte por cada rincón, pero no te encuentro. Mi mirada anda perdida en busca de tu rostro, y cuando se cansa de buscarte sin querer hacerlo, es cuando te encuentra.
Tu mirada está perdida, perdida en todos lados menos en mí, mientras que yo te miro sin verte, no sé que pasó. No sé que nos pasó. Todo murió. Pasamos a ser como dos desconocidos que se conocen muy bien.



-

Si es que lo único bueno que me has hecho ha sido pensar la frase significativa para mi tatuaje, por lo demás has sido un cabrón, como muchos. Te di mi confianza plena y al final me sentí utilizada, pero no se de que me extraño. Cometí un error y así me lo han devuelto, no hay más.

Vi en ti una esperanza que podría conducir un gran cambio en mi vida, ¿y sábes qué? que no se ni como lo vi... quizás por mis bajos ánimos y raras emociones... pero bueno, que de los errores se aprende, que de los palos que te va dando la vida una persona madura y va tapando y curando  cada error cometido, porque nunca es tarde para ello.

lunes, 10 de febrero de 2014

La distancia deteriora...

Y tanto -pensé, y no sabía que iba a llegar a pensar eso nunca. Veía la distancia como algo duro cuanto más sentimiento hay, pero que con fuerza y juntos se podía superar; pues que va. Tenía razón en que es duro, muy duro puesto que te entran bajones y tal, pero lo de juntos... 
A medida que pasaba el tiempo, tenía la certeza de que no eramos compatibles pero tenía la necesidad de estar contigo. Sabía que cada vez que nos veíamos era una felicidad constante,  con ganas de volver a verte, eran los mejores momentos y la espera merecía la pena, pero cuando no estábamos juntos y pasaban los meses, todo eran turbulencias...
Los primeros meses y mediados, tenía fuerzas para pasar esos baches y dejé pasar muchas cosas por tal de volver a verte y estar bien contigo... pero ahora, después de 13 meses, todo cambió, todo lo que estuve aguantando  y siendo lo más fuerte posible para afrontarlo, decayó, y exploté.. no podía más, y me dolía el alma por ello, porque te quería y te quiero mucho, pero cada gesto, cada palabra, y cada actitud tuya conmigo hizo que ya todo me afectara personalmente, aunque no lo hicieras a malas... quizás porque yo no sería capaz de tratarte como tú a mi, yo suelo ser más cariñosa y me preocupo por ti antes que por mi, aunque  tenga muchas cosas malas, mientras que tú eres más pasota y orgulloso... y sé que también te has preocupado mucho por mí aunque, en la mayoría de las veces, no has sido capaz de guardarte el orgullo por mi. Sé que eres así, y que a pesar de eso tienes muchas cosas buenas, no lo dudo, lo afirmo, pero yo no puedo soportar esa actitud tuya, ya no y lo siento.. me está destruyendo, deteriorando poco a poco... y no se que hacer... 
Esta situación me duele mucho, y lo sabes.. me he llevado días y días llorando cada vez que hablaba de ti... y me los seguiré llevando. 

Hablar contigo es un vicio, una necesidad, buena o mala, dependiendo del momento, y sabes que me cuesta no hacerlo, pero en estos momentos, he de hacerlo...

Como dije desde un principio, me daba cuenta de que no éramos compatibles en muchas cosas, y aquí es cuando ya lo pude afirmar, y dejé la necesidad de estar contigo por la necesidad de que yo estuviera bien. 
Me duele en el alma todo esto... sé que lo mejor para mi es dejarte ir... tu personalidad no concuerda con la mía, y ni tu ni yo vamos a cambiar... pero no quiero perderte, porque sé que a pesar de todo esto, eres lo mejor que me ha pasado.
Estoy... no sé como definir como estoy...  pero quiero que sepas, que pase lo que pase, te quiero mucho.